El 2022 fue el año que expuso las debilidades de la infraestructura y la dinámica actual de la energía: la invasión de Rusia a Ucrania ha hecho más que evidente la necesidad del cambio de paradigma energético y de producción. Siendo optimistas, se podría decir que ha acelerado la necesidad de cambio hacia un modelo más sostenible.
A medida que la desglobalización avanza y promueve modelos de producción local, la inversión en infraestructura aumentará y por ende, un modelo de energía más eficiente y por lo tanto, sostenible, verde y renovable, tiene una parte fundamental en este cambio de paradigma. Por ejemplo, la Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos (IRA), afianza aún más el crecimiento de la energía verde durante la próxima década, por lo que su adopción a mayor escala y de una manera más acelerada, es inminente.
Específicamente, EU ha habilitado $369 y $65 mil millones de dólares a través de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) y la Ley de Infraestructura Bipartidista, respectivamente, con un perfil de inversión en productores nacionales y fabricantes de equipo asociados a energías renovables; sin embargo, no se trata solo de brindar más financiamiento a los proyectos de transporte y tecnología de energía limpia, sino que también se trata de establecer sistemas de infraestructura para aprovechar el consumo marginal para obtener el máximo beneficio y menor tiempo para el retorno de inversión.
Esto funciona, por que precisamente, parte del modelo implica la transición del financiamiento público hacia el privado. Esto no es nuevo: los bonos verdes y los instrumentos de deuda para financiar proyectos de autosuministro de energía sostenible, se han incrementado exponencialmente en la última década en Estados Unidos; específicamente de 2020 a 2021 se incrementaron casi un 100%, para un total de $600 mil millones de dólares de bonos verdes emitidos tan sólo en 2021.
2023 plantea un escenario en el cual la energía renovable puede tener su punto de inflexión: la necesidad de crear redes de suministro energético on-shore y near-shore (en este sentido, México pasa a ser protagonista en relación a suministrar energía verde -y barata- a Estados Unidos) y potenciar el desarrollo en bloque regional. La reunión en la X Cumbre de Líderes de América del Norte entre los mandatarios de México, Estados Unidos y Canadá, puso en la agenda la perspectiva a adoptar para el desarrollo energético de la región.
