Este 12 de marzo, en Baja California y los municipios de la frontera de México con EUA, inició el horario de verano, mientras que en el resto del país no cambió la hora. El 30 de octubre de 2022, fue la última vez que los mexicanos tuvieron que atrasar su reloj para adoptar el horario de invierno. Esta medida no ha estado libre de controversia. El cambio de horario de verano se realizó con el fin de ahorrar energía. ¿Realmente cumple con este propósito?
El origen del cambio de horario.
El llamado “horario de verano” fue creado con el fin de aprovechar la luz natural y ahorrar energía, adelantando una hora los relojes y con ello, aprovechar una hora más de luz solar. Esta medida fue adoptada en muchos países del mundo, sin embargo, con el paso de los años, ha habido un debate sobre su efectividad e incluso algunos estudios sugieren que los ahorros de energía son mínimos y no compensan otros factores adyacentes al cambio de horario, como el desbalance biológico al momento de adelantar una hora en el verano y retrasar una hora en el invierno.
El Horario de Verano en México comenzó en 1996 durante la presidencia de Ernesto Zedillo, el decreto para establecer la medida fue emitido por la Secretaría de Energía (SE), que a su vez ha podido recabar datos para poder determinar si hubo un ahorro significativo de energía durante los 26 años que se aplicó esta política. La premisa consistía en que, al contar con una más de luz natural durante los meses de mayor insolación, se reduciría el consumo de energía eléctrica en las horas de mayor demanda.
La eliminación del Horario de Verano.
Tras un debate que se prolongó durante todo el año en las diferentes cámaras, se dictaminó la eliminación del cambio de horario de verano en México; uno de los argumentos preponderantes para su eliminación es que no hay datos contundentes respecto al ahorro económico. En 2018 el ahorro de energía eléctrica fue de 945 gigavatios, con lo cual “se podría abastecer 592.000 casas durante todo un año, o alimentar 8.3 millones de lámparas fluorescentes durante 24 horas por un año entero”, según datos del FIDE. Otro de los argumentos en contra, es que se han presentado afectaciones a la salud por el desfase del reloj biológico, incidencia de sobrepeso e incluso cuestiones de seguridad.
Sin embargo, uno de los argumentos a favor de la permanencia del horario de verano, es que el ahorro no era tanto energético, sino de emisiones de dióxido de carbono. Un estudio del Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias, establece que, con el horario de verano, en un año se dejaron de emitir 1,427 toneladas de bióxido de carbono y se evitaron consumir 2,754 millones de barriles de petróleo para la generación de energía eléctrica, por lo que el ahorro ambiental sería mayor al económico y energético.
Husos horarios, usos y costumbres y cuestión de perspectivas.
Tras la eliminación del cambio de horario en la mayor parte de México, Quintana Roo y las ciudades fronterizas del norte, adoptaron el horario de Estados Unidos. Esta armonización se debe a los lazos económicos, comerciales y culturales de las ciudades fronterizas con EUA o en el caso de Quintana Roo, por el huso horario. Los estados y ciudades del norte de México donde no se realizó el atraso de una hora en invierno, sincronizaron su horario con la CDMX y quedaron bajo el esquema del Horario de Verano anterior. Estos son precisamente los lugares que tienen mayor consumo eléctrico durante la temporada de más altas temperaturas en el año y en el que se dispara el uso de aires acondicionados y mini-split. Veremos en los próximos meses que revelan los datos de consumo eléctrico. Por lo pronto, quiénes no tuvieron que adelantar una hora su reloj, no perdieron una hora de sueño el pasado fin de semana.