México es un referente de la industria automotriz y se está convirtiendo en un polo de atracción para el desarrollo de vehículos eléctricos, sin embargo, su circulación en las calles de México necesita más kilometraje. 

De acuerdo a la AMIA (Asociación Mexicana de la Industria Automotriz), en el país hay alrededor de 55 millones de vehículos en circulación, cerca del 70% son particulares, el 21% son de carga, el 8% son motocicletas y el resto son camiones de pasajeros. En México cada año se venden cerca de un millón de vehículos ligeros o particulares, de los cuáles, los vehículos eléctricos, híbridos e híbridos conectables, constituyen el 4.7% del total de las ventas anuales a nivel nacional.  

México es el quinto exportador mundial de vehículos ligeros de combustión interna y el 32% de las exportaciones manufactureras son productos automotrices, entre vehículos y autopartes. Debido a que cuenta con una cadena de suministro sólida y mano de obra especializada, el país se está convirtiendo en un centro de manufactura de vehículos híbridos y eléctricos: para finales del 2023, se calcula que se habrán fabricado cerca de 220 mil unidades, cerca del 6% del ensamble total. Sin embargo, la comercialización y adopción hacia adentro del país es más modesta.

La venta de vehículos eléctricos, híbridos e híbridos conectables, se ha expandido desde el 2016 y crecido ocho veces en tamaño hasta el 2022, año en el que significaron el 4.7% de la comercialización total en México. Los vehículos híbridos (que cuentan con un motor de combustión tradicional y por lo menos con un motor eléctrico) son los preferidos por el conductor mexicano, pues conforman el 85% del total de este tipo de vehículos, donde las unidades 100% eléctricas, apenas son el 6% de este conjunto. El 58% del parque vehicular eléctrico se concentra en la CDMX, Estado de México, Nuevo León y Jalisco, donde a su vez se encuentran la mayoría de las 1,146 estaciones de carga eléctrica públicas y privadas que hay en el país.

El número de cargadores eléctricos es fundamental para la adopción de vehículos eléctricos e híbridos conectables; este varía de acuerdo al número de vehículos, cargadores caseros o de oficina, cargadores públicos y la concentración de vehículos por habitante. Por ejemplo, en Noruega hay 61 cargadores públicos por cada mil vehículos eléctricos e híbridos conectables, en China hay 217, en Holanda 239, en Estados Unidos hay 72 cargadores públicos; el promedio mundial son 153 cargadores públicos por cada mil vehículos eléctricos e híbridos conectables.   

La electromovilidad urbana para desarrollar el transporte público es otra faceta que es una importante fuente de oportunidad para la masificación de vehículos de transporte eléctricos. La CDMX cuenta con modos de transporte masivos eléctricos como el Metro, Tren ligero, Trolebús y Teleférico. Es la región del país con más experiencia en este ámbito, donde otras zonas metropolitanas como Guadalajara y Monterrey han electrificado el transporte masivo con el tren ligero y trolebús. Son necesarias políticas públicas de electromovilidad en el transporte público, considerando los problemas de movilidad urbana que existen en las principales ciudades del interior de la república.

La dinámica urbana de estas ciudades no se sustenta en la eficiencia del transporte público, pues el crecimiento y densidad de la mancha urbana, ha desfasado la interconexión del transporte masivo. Ciudades como Tijuana o Chihuahua, tienen un vehículo por cada dos habitantes y son de las peor evaluadas en cuanto movilidad urbana. En estos casos, ¿la electromovilidad es una opción para eficientar el sistema de transporte público? Solamente si va acompañada de inversión en la infraestructura de transporte y de energía que haga posible un despliegue de transporte más eficiente y económico para el usuario.