El cambio climático ha impulsado a diversas naciones a tomar medidas drásticas para reducir sus emisiones de carbono y avanzar hacia una transición energética sostenible. Entre los países que han logrado avances significativos en esta área, el Reino Unido se destaca como un caso ejemplar en la descarbonización de la producción de energía. Mientras tanto, México enfrenta retos importantes para seguir el mismo camino durante la administración actual de Claudia Sheinbaum.
Descarbonización Energética en el Reino Unido: Un Caso de Éxito
Desde el siglo XIX, el carbón alimentó a la industria del Reino Unido, alimentando su electricidad e impulsando su crecimiento económico. Sin embargo, en un cambio significativo que refleja tanto las prioridades ambientales globales como los avances tecnológicos, el Reino Unido está presenciando el cierre de su última central eléctrica a carbón. Esto marca la culminación de un drástico declive en el uso del carbón y un giro hacia las fuentes de energía renovables.
El carbón fue una vez la columna vertebral del sistema energético del Reino Unido, alimentando todo, desde hornos industriales hasta estaciones de energía eléctrica. En su apogeo, la industria del carbón no solo alimentó a la nación, sino que también fue un importante empleador y un símbolo de poder económico. Sin embargo, el impacto ambiental, incluida la contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero, llevó a una reevaluación de su papel en el panorama energético.
En los últimos años, la narrativa sobre el carbón ha cambiado drásticamente. Aunque en múltiples ocasiones se aseveraba que las centrales eléctricas volverían a estar en funcionamiento, dando un revés a la tendencia hacia la baja de los últimos 15 años, el cierre de a última planta este 30 de Septiembre, pone en relieve el logro de una nación que apostó por el cierre escalonado de sus fuentes contaminantes de energía, sin comprometer la estabilidad de su red.
A pesar de haber tenido picos al alza durante la primer década del milenio, a partir del 2012 comenzó un declive importante del uso de carbón en as centrales eléctricas. Si seguimos el paralelismo en México, donde se incrementó su uso partir de los años noventa, se mantuvo estable durante los años 2000 y, tras un descenso en los años de la pandemia, la electricidad producida con fuentes de carbón ha vuelto a su “normalidad”.
En esta gráfica vemos como el Reino Unido le ha dado la estocada final al carbón yla Unión Europea presenta porcentajes agresivos de desconexión de la red, en éio los repuntes que vemos en esta gráfica, no son del todo prometedores. Aunque el uso del carbón en México se encuentra por debajo del promedio de Latinoamérica y el Caribe, es también cierto que está por encima del promedio mundial.
La historia del carbón en el Reino Unido refleja el cambio global de los combustibles fósiles a alternativas más verdes. Sirve tanto como una lección histórica como un plan de acción prospectivo para países como México que buscan reducir su huella de carbono y abrazar la energía renovable. A medida que el mundo sigue enfrentando el cambio climático, la transición energética del Reino Unido ofrece esperanza y dirección.
Los Retos y Planes de México para este Sexenio
Con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia en octubre de 2024, el país parece encaminado a un cambio de enfoque.
Sheinbaum ha prometido impulsar un programa ambicioso de transición energética que aumentará la participación de las energías renovables en el mix eléctrico de México al 45% para 2030. Esto representaría un aumento significativo con respecto al 24% actual y alinearía a México con los compromisos del Acuerdo. de París. Además, ha anunciado un límite a la producción de petróleo, que se mantendrá en 1,8 millones de barriles diarios, y ha destacado la importancia de fomentar la eficiencia energética y la inversión en tecnologías limpias, como la eólica y la solar.
Aunque Sheinbaum ha apoyado la reforma constitucional, también ha señalado la importancia de permitir la inversión privada en energías renovables, lo que será clave para el éxito de su programa de transición energética.
Los casos del Reino Unido y México se conectan en varios aspectos. En primer lugar, ambos países reconocen la urgencia de descarbonizar sus sectores eléctricos para cumplir con los compromisos internacionales de reducción de emisiones y mitigar el cambio climático. Aunque sus contextos económicos y energéticos son distintos, México puede aprender valiosas lecciones del éxito británico, especialmente en términos de cómo utilizar instrumentos fiscales, como un impuesto al carbono, para facilitar la transición energética.
En segundo lugar, al igual que el Reino Unido, México tiene potencial para expandir sus energías renovables , particularmente la solar y la eólica, debido a sus condiciones geográficas favorables. Sin embargo, mientras que el Reino Unido ha logrado desarrollar estas fuentes de manera constante, México aún enfrenta barreras regulatorias y económicas que limitan su crecimiento. La administración de Sheinbaum tendrá que abordar estos obstáculos, especialmente garantizando la inversión privada y reformando el marco legal para facilitar la expansión de energías limpias.
Finalmente, ambos países enfrentan el desafío de equilibrar la descarbonización con el fortalecimiento de sus empresas energéticas estatales . Mientras que el Reino Unido cerró sus plantas de carbón y apostó por una diversificación del sector eléctrico, México busca fortalecer tanto a Pemex como a la CFE, lo que puede generar tensiones entre el desarrollo de energías renovables y la protección de los combustibles fósiles.