La pasada semana, la titular de la Secretaría de Economía, Raquel Buenrostro, afirmó que se facilitarán permisos de abasto aislado para que las empresas de la industria puedan generar su propia energía eléctrica para autoconsumo. ¿Qué es y qué implica el abasto aislado?
Técnicamente, la Ley de la Industria Eléctrica (LIE) define el abasto aislado como “la generación o importación de energía eléctrica para la satisfacción de necesidades propias o para la exportación, sin transmitir dicha energía por la Red Nacional de Transmisión o por las Redes Generales de Distribución”.
Se entiende que bajo el esquema de abasto aislado, la empresa de la industria genera su propia energía bajo su misma entidad legal, es decir, es su mismo suministrador, por ende, la fuente de generación se encuentra dentro o muy cerca de sus instalaciones. La clave se encuentra en la red de distribución.
Con el abasto aislado, el usuario se encuentre conectado a las redes de distribución y trasmisión para poder garantizar un suministro continuo, y como genera su propio suministro, tiene la capacidad para incrementar su consumo a pesar de que las líneas de transmisión se encuentren saturadas: esta facultad para poder generar su consumo y garantizar su suministro energético al encontrarse conectado a la red es el corazón del abasto aislado.
Por otro lado, la generación en el abasto aislado no está conectada a la red, por lo que no puede contribuir a la red, y en dado caso, saturarla. Esto se sustituye por una red privada que transmite la energía generada para el autoconsumo hasta la instalación del usuario final; el punto es que no puede inyectar la energía a la red, pues de otro modo la figura de abasto aislado no aplicaría para este tipo de usuario.
El supuesto bajo este esquema, es que las empresas de la industria tienen que ser lo suficientemente grandes (en capacidad y tamaño de sus instalaciones) para aplicar dentro del abasto aislado. Uno de los propósitos de facilitar dichos permisos, es para que las empresas de la industria que, a través del nearshoring, están interesadas en invertir en el país, puedan hacerlo sin que se sobrecargue la red y puedan establecerse y crecer.
Sin embargo, los trámites para que los interesados puedan conectarse al abasto aislado, llevan entre 10 a 12 meses. Toma más tiempo el trámite burocrático que el tiempo que lleva montar una instalación eléctrica, literalmente. Por eso, cuando se habla de facilitar los trámites, hablamos sobre todo de ahorro de tiempo, que de lo contrario desalienta las inversiones y hace que los negocios (y las intenciones) se enfríen.
Finalmente, la Secretaría de Economía afirmó que “lo que estamos trabajando con la Secretaría de Energía es que se les autorice a las empresas que generan su propia energía eléctrica y eso no hace que paren sus inversiones”. ¿Y la CRE? Propiamente es a quien le corresponde resolver en lo práctico y proporcionar los permisos. Lo relevante en este caso, es ver de qué manera la CRE facilita los trámites para las empresas de la industria.
