Equipo de E2M

7 de June de 2024
Expansión de la red eléctrica: la columna vertebral de la transición energética.

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La expansión de la red eléctrica es esencial para la transición energética global, que busca alejarse de los combustibles fósiles y adoptar fuentes de energía renovable como la solar y eólica. Esta transición presenta desafíos debido a la naturaleza descentralizada e intermitente de estas fuentes de energía, por lo que es fundamental la expansión y fortalecimiento de la red.

La expansión de la red es crucial para garantizar la confiabilidad, eficiencia y capacidad de la red para manejar la creciente capacidad de energía renovable. A medida que los países se esfuerzan por cumplir los objetivos climáticos, las instalaciones de fuentes de energía renovable están creciendo rápidamente. Este aumento en la capacidad renovable requiere una red que pueda gestionar las fluctuaciones en la entrada de energía y mantener la estabilidad.

Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), el incremento de la participación de las fuentes de energía renovable en las diferentes redes a nivel mundial, requerirá inversiones de aproximadamente $450 mil millones de dólares en redes eléctricas para el año 2030. Esto significa que el 40% debe invertirse en la red eléctrica y el 60% en la producción de electricidad. Entre 2041 y 2050, se prevé que solamente la proporción de inversiones en la red eléctrica (sin contar la inversión en generación) aumente hasta el 50%, lo que representa una inversión de $800 mil millones de dólares.

La descentralización de la generación eléctrica es clave: la ubicación remota de muchas fuentes de energía renovable requiere la expansión de las redes de transmisión para conectarlas a la red principal. Esto requiere la construcción de nuevas líneas de transmisión de alto voltaje y actualizaciones de la infraestructura existente.

Las soluciones de almacenamiento de energía, como las baterías, son cruciales para mitigar la intermitencia de las fuentes de energía renovable. Las redes modernas necesitan acomodar sistemas de almacenamiento a gran escala que puedan almacenar el exceso de energía durante los períodos de alta generación y liberarla durante los picos de demanda.

Los desafíos que se plantean a la hora de proyectar la expansión de la red eléctrica van desde la inversión en infraestructura, los obstáculos regulatorios y políticos, así como las limitaciones de la tecnología misma. Lo vimos en este artículo respecto a la expansión de la red en Reino Unido.

Básicamente, lo podemos resumir en tres puntos:

Primeramente, ampliar y actualizar la infraestructura de la red requiere una inversión de capital significativa. Los gobiernos y las partes interesadas del sector privado deben colaborar para asegurar la financiación y desarrollar soluciones rentables. Las políticas y los incentivos juegan un papel crucial para atraer inversiones en proyectos de infraestructura de red.

Por otro lado, los marcos regulatorios deben evolucionar para apoyar el rápido despliegue de proyectos de expansión de la red. Esto incluye agilizar los procesos de permisos, establecer pautas claras para la integración de energías renovables y fomentar la cooperación transfronteriza para las redes transnacionales.

Y por último, el desarrollo y despliegue de tecnologías de red avanzadas, como redes inteligentes y subestaciones digitales, son esenciales para mejorar la gestión de la red, permitiendo el monitoreo en tiempo real, el control automatizado y una mejor detección y respuesta a fallas.

No sólo Reino Unido se ha planteado proyectos de gran calado para la expansión de la red. Europa está liderando el camino con sus ambiciosos planes para una superred que conectará fuentes de energía renovable en todo el continente. Esta iniciativa tiene como objetivo equilibrar la oferta y la demanda, reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mejorar la seguridad energética.

China ha invertido mucho en su red de transmisión de voltaje ultra alto (UHV), lo que permite el transporte de energía renovable desde regiones remotas a centros urbanos. Esto ha impulsado significativamente la capacidad de energía renovable del país y ha reducido las emisiones de gases de efecto invernadero.

La expansión de la red no es solamente un desafío técnico, es fundamental para la transición energética global, es la columna vertebral por la que se despliega la incorporación de la energía renovable. Al priorizar la expansión y modernización de la red, podemos allanar el camino para un sistema energético resiliente y sostenible que respalde la creciente participación de las energías renovables y satisfaga las demandas del futuro.

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