México ha pasado por una de las peores olas de calor en su historia y registró temperaturas máximas históricas en varias ciudades: Guadalajara tuvo el día más caluroso del que se tenga registro con 37.6°C, en la Ciudad de México la temperatura alcanzó los 33.6°C, un récord para una ciudad ubicada a una altura de 2,350 metros, Chihuahua registró 42.0°C llegando a su máximo histórico y Hermosillo alcanzó los límites registrados hasta los 50°C.
Las olas de calor provocan un aumento en la demanda de electricidad, principalmente porque los hogares, oficinas e industria usan más aire acondicionado y otros aparatos para mantener frescos sus espacios y maquinaria. Esto ejerce presión sobre la red eléctrica y puede provocar apagones o caídas de tensión.
Aunado a la ola de calor, la escasez de agua golpea a las zonas más pobladas y áridas del país. La intermitencia del servicio eléctrico impide que las bombas de los pozos acuíferos trabajen a alta demanda y por lo tanto, que el flujo de agua sea interrumpido.
Los rangos de temperatura en prácticamente todo el país han superado los márgenes usuales de la temporada.
El Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), declaró el estado de alerta debido a la alta demanda de energía eléctrica. El margen de reserva del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) estaba por debajo del 6%.
El margen de reserva es la cantidad de electricidad que está disponible para satisfacer la demanda en caso de un apagón inesperado. Para operar de manera óptima y no estar expuesta a un desabasto de energía, la red eléctrica debe tener un margen de reserva de por lo menos el 10%.
Sin embargo, el CENACE afirma que no existe un riesgo inminente de apagones generalizados. Aún así, estados como Veracruz, la región del Bajío, Yucatán, Nuevo León y Tamaulipas han reportado cortes de energía eléctrica. La agencia pública anunció que está tomando medidas para garantizar que el SEN pueda satisfacer la demanda. Estos pasos incluyen aumentar el uso de plantas de energía térmica y pedir a los consumidores que reduzcan su consumo de electricidad.
Los picos de mayor demanda inician a las 17:00 pm y se extienden hasta las 21:00 pm, hasta experimentar un declive durante las horas posteriores. Estos picos de mayor demanda simultáneos, ponen a prueba el sistema eléctrico.
Las olas de calor también pueden dañar la infraestructura eléctrica, esto se debe a que el calor puede hacer que las líneas eléctricas se comben o que los transformadores se sobrecalienten. Esto puede provocar interrupciones, incluso si no hay un aumento en la demanda.
Las olas de calor también pueden afectar la producción de energía renovable. Los paneles solares, por ejemplo, producen menos electricidad cuando las temperaturas exceden los 25°C y 35°C. Esto puede tensar aún más la red eléctrica debido a que la generación es intermitente.