Equipo de E2M

31 de May de 2024
México, la ola de calor y la crisis hidroeléctrica.

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México está sufriendo una de las olas de calor más severas de su historia, rompiendo numerosos récords de temperatura durante las últimas dos semanas, sin señales de alivio a la vista.

Se espera que las temperaturas superen los 45°C en diversas regiones, mientras una cúpula de calor implacable se intensifica y la cual permanecerá estacionaria durante al menos la próxima semana.

Monitor de Sequía en México (conagua.gob.mx) 

En el estado de Tabasco, en la costa del Golfo, el calor extremo ha sido fatal para la fauna local, con informes de monos aulladores cayendo muertos de los árboles debido a las altas temperaturas. Por ende, el país enfrenta una sequía generalizada y severa, que afecta al 70% del país, con el 50% experimentando condiciones de sequía extrema.

Como consecuencia de la ola de calor más intensa y prolongada que ha enfrentado México, más de 100 incendios forestales han estallado desde la península de Yucatán hasta las áreas centrales del país y extendiéndose hasta el norte; los incendios han sido exacerbados por la sequía y se prevé que las temperaturas altas, aumenten los incendios en los próximos días.

Estas olas de calor han aumentado drásticamente la demanda de energía y han puesto a prueba la capacidad de generación de energía de México. La sequía ha afectado particularmente a las plantas hidroeléctricas, lo que ha provocado una mayor dependencia de los combustibles fósiles para satisfacer las necesidades energéticas y ha subrayado la necesidad urgente de avanzar en proyectos de energía renovable.

Cfe-20240430.pdf (diputados.gob.mx)

La capacidad hidroeléctrica aumentó un poco más del 2% de 2022 a 2023, sin embargo, este aumento no puede ser aprovechado debido a que las presas que alimentan a las hidroeléctricas, están en muchos casos, por debajo del nivel necesario para su operación.

La Comisión Federal de Electricidad (CFE), en su reporte anual, informó que la capacidad hidroeléctrica actual es de 12,443 MW, sin embargo, como consecuencia directa de la sequía, las hidroeléctricas se encuentran trabajando en un nivel menor a su capacidad, o han tenido que suspender sus actividades de generación, como la hidroeléctrica “El Novillo”, (al 11% de capacidad) que abastece de electricidad y agua a Hermosillo, Sonora. La CFE no se ha pronunciado oficialmente al respecto.

De tal manera, de acuerdo al reporte de CFE, la participación de la generación hidroeléctrica disminuyó del 23.4% al 13.4% del año 2023 comparado con el 2022, con una producción que cayó de 34,109 GWh a 19,406 GWh.

La disminución de la aportación de la energía hidroeléctrica, como consecuencia de la sequía, coincide con el declive de la generación hidroeléctrica total a estas alturas del año en comparación con 2023, es decir, una disminución del 14% respecto al año pasado.

En resumen, se calcula que las presas del país están al 39% de su capacidad total. Esta situación es resultado de varios años de disminución en su almacenamiento, al menos desde el año 2015. Solamente este año, desde enero hasta la fecha, el nivel de las presas en su conjunto ha disminuido desde el 53% hasta el 39% actual.

Desde el año 2021, en México se emprendió un programa para modernizar y acondicionar a las plantas hidroeléctricas del país y por otro, se están lanzando proyectos de pequeña y mediana escala, cuyo impacto ambiental es menor a sus pares de gran escala y no condicionan a las comunidades cercanas. La capacidad hídrica de México es innegable: actualmente, constituye la tercera fuente de electricidad con una aportación de 35.3 TWh de energía (sólo por debajo del petróleo y gas natural) y ocupa el primer lugar de energía limpia en el mix eléctrico.

México cuenta con 15 centrales hidroeléctricas de gran escala; las principales se encuentran ubicadas en el río Grijalva en Chiapas, el río Balsas entre Guerrero y Michoacán y el río Santiago entre Jalisco y Nayarit; además de 10 centrales de mediana escala y 35 de pequeña escala. El enfoque secundario consiste en el crecimiento de los proyectos de mini-hidroeléctricas, cuyos procesos de estudios de factibilidad se comenzaron desde 2022 para 16 centrales en los estados de Michoacán, Jalisco, Chiapas y Nayarit.

El plan de modernización y reacondicionamiento se basa en la premisa de que gran parte del equipo de generación de las hidroeléctricas en México, que datan de los años sesenta y setenta, tiene la capacidad de incrementar su producción con el mismo volumen de agua con turbinas más avanzadas y eficientes. Sin embargo, el embate de la sequía provoca que de poco sirve potenciar su capacidad de generación si no cuenta con el recurso acuífero, mermado por las condiciones de un cambio climático que se manifiesta cada vez más implacable. 

La generación de la energía hidroeléctrica está supeditada a la disposición del agua y a las sequías. El estrés hídrico al que ha sido sometido el país es evidente en sus cuerpos de agua desde inicios del milenio, en el que, de acuerdo a estudios de la NASA, 85% del territorio en México es azotado por las sequías. No es casualidad que la capacidad de la energía hidroeléctrica en México prácticamente no ha crecido desde el año 2000, con sólo un 10% de expansión hasta la fecha. De hecho, con el paso del tiempo su participación se ha diluido en el mix eléctrico.

En 1990, su aportación energética era del 20% y actualmente, es del 10%. Esto se explica parcialmente por el crecimiento del gas natural y las plantas de ciclo combinado para la generación eléctrica, que de 1990 a la fecha, ha crecido del 15% al 55% de participación en el mix eléctrico, pero también es indudable que en la energía hidroeléctrica hay un potencial que ha sido desaprovechado. La eficiencia de una planta hidroeléctrica moderna es del 90% y sin tener el dato objetivo, podemos intuir que, por el estado de las presas impactadas por la sequía,  actualmente las hidroeléctricas en México son menos eficientes. 

Así mismo, no podemos dejar de lado un hecho fundamental: la energía hidroeléctrica es una energía limpia constante que brinda estabilidad a la red, siendo esta una cualidad muy valiosa para nuestro sistema eléctrico. Solamente podemos enfatizar lo que ya hemos afirmado en otras ocasiones: es necesario un mix eléctrico equilibrado que incorpore de manera integral y contundente a las energías renovables, con el fin de brindar estabilidad a la red eléctrica.

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